lunes, 31 de marzo de 2014

"El Contrato," espectáculo de Jorge Paladino sobre las relaciones de pareja

Está desamparado y solo el hombre, lastrado por varias relaciones amorosas que no prosperaron, entonces decide escribir un contrato mediante el cual piensa lograr una convivencia tranquila, sin una relación íntima, sin afecto. Pone todas las condiciones en el contrato, con todas las clausulas necesarias para evitar los conflictos, malentendidos y abandonos que parecen siempre acompañar las relaciones amorosas.
Después de todo el matrimonio es un trato, verdad,  en tanto que las relaciones menos formales siempre se realizan en base a una serie de códigos aceptados mutuamente por la pareja—códigos no impresos en papel con números y letras—pero acordados a lo largo de la relación amorosa…hasta el momento del desenlace final.
Entonces: ¿es escandaloso que un hombre jubilado, solo, con fantasías de muerte, de buenas modalidades, decida redactar un contrato para conseguir una mujer con la cual pueda establecer una correcta convivencia, sin los sobresaltos del amor?

Según el director del espectáculo "El Contrato" Jorge Paladino “El 85% de las parejas se separan.” Entonces, la obra advierte sobre un sistema que aísla a unos de otros a través de la exaltación del ego en vez de capacitar la personas a aceptar al otro tal cual es y cuidar la persona amada.
Choca, el planteo, parece insólito. ¿El amor reducido a un contrato? ¿No será que llegamos a un momento en la vida en la cual prima la necesidad de tranquilidad y orden? ¿Por qué restringir el amor entre un hombre y una mujer a la relación íntima?  La mujer que toca la puerta de Javier no sabe bien qué destino le vaticina. Ha tenido varios “fracasos” amorosos también, tiene hijos y una situación personal crítica.
El hombre le muestra la casa. Hay una sola cama.  Y dónde voy a dormir yo, le pregunta al señor. ¡Qué! ¿En su cama? ¡No! Me voy. ¡No soy una prostituta! Pero después Laura vuelve. El dueño de casa explica que el contrato no dice nada sobre relaciones sexuales. Ella tendrá su sueldo—la mitad de la jubilación del hombre—y tendrá sus deberes y obligaciones tales como se establece legalmente en el contrato.
Ni la mujer ni el hombre deben enamorarse. Pero es justamente lo que sucede a los dos. Es más, una noche después de unas cuantas copas tienen relaciones. Como enamorarse viola el contrato Laura decide irse. Pero antes Javier le da una noticia bomba: luego de su muerte Laura será dueña del departamento. Igual ella levanta su valija y se va, dejando al hombre solo, meditando la experiencia. No pudo vencer su miedo. 
Es un tipo de actuación muy íntima, pausada, convincente, especialmente la de María Svartzman. La obra plantea cuestiones que el espectador tendrá que resolver luego con sus amigos, con su pareja…o con sus almohadas.  
Funciones: domingos a las 20 horas en el Teatro La Mueca, Cabrera 4255, CABA.
 Entrada $100, con descuentos a jubilados y estudiantes a $70. Reservas: 4867 2155.
Ficha técnico artística


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