miércoles, 2 de abril de 2014

María Svartzman dice que el espectáculo El Contrato "propone un choque de posiciones, de fuerzas encontradas respecto a nuestra vida afectiva"

“Me sentí atraída por la obra desde el primer momento que la leí,” dice María Svartzman enfáticamente durante una conversación con Jaquematepress sobre el espectáculo “El Contrato.”


¿Cómo fue su  reacción luego de la primera lectura de la obra?
 Había oído hablar de ella, pero la inteligencia de sus diálogos y la originalidad de su contenido me hicieron asombrarme, ante todo, descubriéndome curiosa por el desarrollo de su trama e inquieta por los temas que expone, poniendo el dedo en llaga respecto a cómo concebimos los vínculos afectivos. 

¿Si bien la obra "El Contrato" es de Jorge Paladino, hubo modificaciones y/o cambios durante los ensayos? ¿Cómo fue el proceso de elaboración de la historia?
Si bien los actores no participamos del proceso de escritura, es decir que la obra no devino de una creación colectiva ni de improvisaciones que la fueran construyendo, sino que ya estaba "acabada" cuando la recibí en mis manos, fue una ventaja  poder contar con el autor en el mismo proceso de ensayos y montaje; y Jorge Paladino como autor tiene (ya que he trabajado en otros proyectos anteriores con él) la generosidad de permitirnos a los actores, en tanto y en cuanto se sostenga y justifique escénicamente (es decir, sea coherente con la dirección y la perspectiva que se le da a la obra, al universo que pone en juego) proponer modificaciones según se va develando qué sucede en la obra. Cuando pusimos el cuerpo y atravesamos la experiencia en el escenario, fuimos delineando, determinando con claridad los elementos del texto que podían ser susceptibles de modificarse. Fue un lindo proceso de descubrimiento conjunto.

Se nota que su personaje tiene reacciones emocionales más marcadas que  las del hombre, algo lógico por el argumento. Pero se nota también un gran trabajo con los gestos faciales, los gestos mínimos y los silencios.
El trabajo realizado con los gestos faciales y corporales, tiene que ver con un trabajo de manejo de energía propuesto por Jorge, que está relacionado con el paso del tiempo en una persona, la modificación de la energía que cualquiera de nosotros sufrimos a lo largo de nuestra vida, generalmente sin percibirlo; pero contrariamente, debí poner atención sobre ello, ya que el personaje de Laura es mayor que la edad que yo tengo. Respecto a los silencios, están dados por el ritmo que propone la obra, no se trata en este caso de una construcción propia de mi personaje.


¿Cuál es su evaluación sobre el contenido de la obra? ¿Es una locura hablar de un contrato en las relaciones afectivas? ¿Es una advertencia sobre los peligros latentes en las relaciones? ¿Un mensaje audaz, una toma de conciencia...?
La obra propone este choque de posiciones, de fuerzas encontradas respecto a nuestra vida afectiva. Me parece interesante que se centre en estos dos personajes que han transitado relaciones de pareja, lo han intentado, y por ello, pueden tener buenas razones para justificar el presente en el que se encuentran y el futuro que desean (más allá de juzgar si me parecen mejor o peor sus actos). Los dos, de alguna manera, vuelven a intentar acercarse a otra persona, a compartir con el otro, aunque la propuesta que los une es sumamente polémica, ya que media un contrato. 
Yo creo que una relación en sí no puede contener un peligro, ya que los afectos nos hacen humanos, ponen en juego nuestras capacidades emocionales, son los grandes sostenes y motores de la vida. Sí creo que la manera en que los llevamos a cabo, ya sea por presiones ajenas, mandatos e imposiciones sociales, económicas, etc, es la que puede generar vínculos enfermizos, destructivos, anteponiendo muchas veces voces ajenas al propio deseo (la negación de Javier de volver a enamorarse, por ejemplo, que surge de sus malas experiencias de parejas anteriores). Sí, en cambio, me parece importante, porque somos distintos, comunicarse, generar acuerdos, expresar desacuerdos, y tolerarlos, es decir, si el contrato es un compromiso implícito, consensuado, flexible, tolerante, y por sobre todo humano, vale.

Si bien la obra es "realista" en cuanto a la forma, su contenido parece provocar reflexiones en los espectadores sobre  sus propias relaciones afectivas. ¿Hubo un momento en la obra que le impactó especialmente? 
La obra me sigue generando conmoción respecto a cómo uno se va dejando modificar por el otro y viceversa, y más allá de sus propias expectativas y concepciones sobre las relaciones de pareja y de vínculos afectivos en general, ambos de alguna manera terminan comprendiendo (aunque no conciliando) esa mirada que tiene el otro sobre esto. Hay sucesivos descubrimientos que Laura hace sobre la propuesta de Javier que son reveladores para esta mujer. Creo que darle sentido y contenido con su propia experiencia a la frase "la soledad de los locos" por parte de Laura es un momento que me emociona personalmente.

¿Cómo mujer, no como actriz, hubiera reaccionado de la misma manera si tuviera que experimentar una situación similar?
Como mujer, supongo que me impactaría encontrarme con alguien que me proponga un vínculo con esa condición, y quizás lo rechazaría inmediatamente como primer impulso. Pero Laura vuelve, luego de haber rechazado el contrato ¿Cuantas veces pasamos por situaciones que dijimos que no hubiéramos querido o tenido que pasar?

¿Cuáles son planes para el futuro cercano? ¿Alguna información adicional que le parece importante incluir en la entrevista?
Agradezco esta entrevista, este espacio para indagar y reflexionar sobre y a partir del teatro, y que esté disponible para los hacedores teatrales.


Las funciones de “El Contrato” son los domingos a las 20 horas en el Teatro de la Mueca, Cabrera 4255, CABA. 
Reservas 4867-2155. Mail: teatrodelasollas@argentina.com

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