miércoles, 23 de julio de 2014

Sergio Bermejo: "El teatro es parte fundamental en mi vida..."

       
¿Después de ver un espectáculo tan lleno de vida como "Adiós Berlín," quién podría resistir la tentación de palpar el corazón de su progenitor? Entonces, le dije: Sergio, parece que Usted tiene teatro en la sangre. ¿Cómo fue su bautismo en el arte teatral? 
       Sin duda, el teatro es parte fundamental en mi vida al punto de ser el motor más importante de mis aspiraciones como persona. Lo que nunca sabré es de dónde nació este interés, pero de todos modos, no me desvela saberlo. Solo sé que lo sostengo, además de porque me da la posibilidad de sentirme feliz, porque es algo que elegí de “motu proprio”, sin influencia alguna y eso me hace sentir orgulloso.
Y los primeros pasos…
 Mis primeros contactos con el escenario sucedieron en mi infancia pero fue en la adolescencia, a los catorce años, cuando me acerqué por primera vez a un grupo de teatro y quedé fascinado por ese mundo. La primera obra que realicé fue “Historias de mi esquina” de Osvaldo Dragún y aunque reconozco que a esa edad poco entendía acerca de lo que estábamos contando, sentí que el montaje de un espectáculo; el espíritu de trabajo grupal; los nervios, mesclados con una éxtasis que no se entiende al subir a un escenario; el aplauso reconfortante que alimenta sanamente el ego en suma, con algo que se aproxima bastante a la felicidad, era lo que quería seguir sintiendo toda mi vida.
         ¿Qué representa para Usted hacer teatro, actuando o dirigiendo?
 
Hacer teatro (aunque suene cursi), es una manera de enfrentar la vida, otra forma de ver las cosas, de tener un punto donde llegar. Es transmitir lo que uno siente y piensa al otro desde el acto lúdico que significa contar una historia.
Y esto es abarca no solo tu posición como actor, que donde me siento más pleno,  sino también dirigiendo un espectáculo, inventando las palabras que los personajes van utilizar para contar una historia, armando el espacio desde donde se van a mover, con sus sonidos, luces y climas que le darán ese sesgo de verdad a lo que cuentan.
Por otro lado, también coordino un taller de producción teatral hace diecisiete años, donde encuentro la posibilidad de transmitir a lo demás mis experiencias de saber cómo contar una historia.
Este placer que siento al actuar, también lo encuentro haciendo doblajes y voces y en la radio.
   Como en todas las artes cada uno cultiva su estilo. ¿Cuáles han sido las grandes figuras teatrales que le ha inspirado en su propio proceso de desarrollo artístico?
Sin duda, uno es la consecuencia de lo que ve y admira. Sin querer, vas incorporando alguna de esas características que te deslumbran y las hacés tuyas, con tu propia impronta.
Actoralmente, artistas como Ulises Dumont, Luis Brandoni, Al Pacino etc., han dejado huella en mis composiciones. Del mismo modo me ha sucedido en la escritura con maravillosos autores como Kartún, Cossa y Gorostiza entre otros.
Se nota una gran preparación física en los actores de Grupo Teatral Tedrys. ¿Cómo es su entrenamiento?
        La actitud corporal de los actores de Tedrys Teatro responde a sus propias cualidades. Yo solo trabajo su energía (tanto corporal como intelectual) de acuerdo a lo que cada uno puede dar. Mi función entonces, es equilibrar el ímpetu que ellos proponen desde su propio cuerpo.
 ¿Cómo surgió la idea de Adiós Berlín? Ha logrado algo muy especial ya que siendo una especia de fotografía de la vida en los camarines, sin embargo tiene ecos muy fuertes relacionados con los conflictos humanos que experimentan los espectadores...
“Adiós a Berlín” surge desde la necesidad personal de querer contar una pequeña anécdota acerca de los sueños. Sencillamente quería hablar de la necesidad humana de perseguir una utopía. Y es en esto que creo que reside  el éxito del espectáculo. Todos, en cualquiera de cada ámbito que nos movamos, soñamos alguna vez en hacer algo distinto, en ser los mejores. Recrear esta anécdota en el trasfondo de un cabaret de mala muerte en las afueras de la ciudad entonces, es circunstancial. Quizás ubiqué la historia en esa geografía para destacar la antítesis de lo idílico de los sueños con lo terrenal del lugar y de esta forma, poder contarlo también con palabras sencillas, con las voces de ese ámbito.
          ¿Están trabajando en otro proyecto?
        Como actor y director de la compañía de teatro aún no. Siempre estoy en busca de nuevos proyectos pero tengo mi voluntad en la continuidad de “Adiós a Berlín”. De hecho, luego de estos cuatro meses de exitosa temporada en Capital, ya estamos armando la gira por el conurbano y el interior teniendo pactadas funciones en salas de San Justo, San Martín, San Fernando, Don Bosco y cerrando trato con salas de Rosario y Gualeguaychú. Esta segunda etapa del espectáculo es también divertida aunque compleja y por ello no me embarco en algo nuevo. A nivel de los talleres de producción que dicto, si estoy trabajando en dos proyectos para estrenar a fin de año: “El Astral de Munro”, obra que escribí para adolescentes y que se pasea con humor por una recorrida del cine universal y “El misterio de las todas cosas” que es un humilde homenaje a Federico García Lorca donde recorro toda su obra como poeta, dramaturgo, músico y dibujante.

                         grupoteatral_tedrys@yahoo.com.ar

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