Bertolt Brecht, que vivía
y escribía antes y después de la Segunda Guerra Mundial, decía que “el arte,
cuando es bueno, es siempre entretenimiento.” Influido por su formación marxista,
pensaba que el hombre no debe aceptar una visión inmóvil de sí mismo, más bien
ha de ver siempre “cómo podría ser y acostumbrarse a esa visión.” En vez de
buscar la identificación y simpatía del espectador con los personajes, proponía estudiar y enfrentarse con ellos, apelar más al razonamiento que
al sentimiento.
Su teatro rescataba
elementos del teatro griego, buscaba el “distanciamiento” del actor, proponía
sutiles contradicciones, profundos análisis sobre los aspectos sociales pero también agregaba climas de humor y juego. Confrontaba a la audiencia
con situaciones que exigían cambios y buscaba que el espectador desarrollara un
sentido crítico que le permitiera llegar a sus propias soluciones. Entonces, en un
espectáculo brechtiano los actores pueden apartarse de la acción dramática para
recapitular o dar su opinión y proponer una visión más amplia de la situación.
Los actores brechtianos tenían una tarea difícil: ser muy convincentes en su roles sin
tratar de convencer a los espectadores.
Como es fácil imaginar, Brecht tuvo que huir del nacismo. ("Primero vinieron a buscar a los
comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los
socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro.
Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después
vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por
mí"). Tampoco fue tan bien recibido en occidente debido a
su decidida crítica del sistema capitalista. Pero, como a veces pasa con artistas y
grandes pensadores, su vida íntima no fue tan sencilla: tuvo dos esposas y
otras relaciones de tipo subterráneas.
El espectáculo “La amante de Bertolt Brecht,”
estrenado anoche en el teatro Método Kairos “es el fruto de un proceso de
creación e investigación a partir de un hecho ficcional iniciado por actores y
director hace más de un año,” explica el director Marcelo Mangone.
Bertolt vuelve a
Berlín Oriental luego de 15 años de exilio. La guerra ha dejado la ciudad dividida
en dos, en ruinas, en odio, con la memoria fresca de los horrores del nazismo.
Si bien sus ideas y su teatro proponen una crítica del sistema capitalista muy
fuerte, el Partido Comunista Alemán no lo aceptaba con los brazos abiertos.
Entonces, nada mejor que una bella actriz para vigilarlo.
El espectáculo es
atrapante y la actuación convincente, logra un buen clima de intriga y el
violín de Verónica D’amore agrega un aire brechtiano. No intenta rescatar la visión brechtiana de teatro; es más bien una reconstrucción
dramática que pone luz sobre su personalidad y la de su amante e incluye también
algunos documentos interesantes del dramaturgo alemán. Si bien en algunos
momentos los actores se dirigen al público "La amante de Bertolt Brecht" surge de “un cuerpo colectivo construido a partir de disparadores y
rescates, de pruebas y errores, de caminar constantemente entre la frontera del
sueño y la vigilia,” según el director.
Ficha técnico
artística
El
Método Kairós Teatro, El Salvador 4530, CABA
Teléfono: 48319663
Entrada: $100
Funciones: Viernes a las 21 horas
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