La vida tiene colores, formas, movimiento, tensión, ritmo, dirección y destino: debemos pintar con sus colores, descubrir sus formas, sentir el placer del movimiento, saber cómo subir y bajar la tensión, modificar el ritmo y la dirección y acompañar el destino con amor, pasión y sabiduría.
Caminando por las calles de calles de Buenos Aires uno puede gozar de los colores y las formas de las pinturas en las paredes; el movimiento está en todos lados, la tensión también; el caminante de la vida debe escuchar atentamente el ritmo, saber cómo modificar siempre la dirección y acoplarse al destino.
Caminando por las calles de calles de Buenos Aires uno puede gozar de los colores y las formas de las pinturas en las paredes; el movimiento está en todos lados, la tensión también; el caminante de la vida debe escuchar atentamente el ritmo, saber cómo modificar siempre la dirección y acoplarse al destino.
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