En
el día del periodista, conviene reflexionar sobre la censura, la mordaza y la
variada gama de intentos de limitar, manipular y divulgar información que los
ciudadanos necesitan para participar con criterio en la batalla de ideas que
propone la democracia.
(1)
Se habla mucho sobre la libertad de
expresión, pero si hurgamos más profundamente sobre el tema advertimos
múltiples formas de coartar a los medios de comunicación. Los dueños de los
diarios, las radios y los canales de televisión son las corporaciones que
dominan la sociedad. Un medio que se atreve a publicar información que perjudica
“los intereses establecidos” se expone a presiones de todo tipo, incluso en el
retiro de publicidad. El poder puede difundir información falsa para dar paso a
una campaña del ejecutivo en favor de una acción que favorece sus intereses. El
ejemplo más claro de esta forma de manipulación ocurrió durante la presidencia
de George Bush en los Estados Unidos. Desde el gobierno se infiltró información
falsa sobre las armas de destrucción masiva en manos del régimen de Sadan
Husein. Para hacer una guerra o una acción bélica un gobierno necesita el aval
de la población. A raíz de la publicación de información errónea en los medios
de comunicación, la mayoría de los norteamericanos apoyaron la invasión de
Irak.
(2)
Tácticas comunes de manipulación se observa
cuando un diario pone la foto de una persona en primer plano acusándolo de un
crimen, un robo o un acto de corrupción. Se repite la acusación una y otra vez
hasta que los lectores o los televidentes terminan pensando que la persona es
culpable. En la justicia una persona es inocente hasta que haya sido enjuiciado
y condenado. Un ejemplo claro se ve en el caso de Milagros Sala. Es la justicia
la que tiene que decidir si es culpable o no del sin fin de acusaciones repetidas
una y otra vez en los medios de comunicación.
(3)
Bajo las dictaduras se emplean la censura
directa o el cierre de medios. Pasó durante la última dictadura en Argentina
cuando incluso periodistas fueron secuestrados o muertos. Con el actual
gobierno de Mauricio Macri, las tácticas de control sobre los medios de
comunicación se han realizado con artificios legales—clausurar la ley de Medos
y devolver a los medios concentrados el domino pleno y el intento de imponer en
el proyecto de blanqueo y pago de juicios a jubilados una cláusula que
establece un castigo sumamente severo para jueces, funcionarios y periodistas
que divulguen el nombre de los empresarios y el dinero con que se hayan acogido al
blanqueo. La intención es claramente proteger a los funcionarios (y el
presidente) que tienen dinero en offshore y quieren blanquear el dinero que
tienen en guaridas fiscales.
(4)
Además es muy frecuente bloquear o distorsionar
información que afecta los interese del poder. Un medio puede ignorar un hecho
político que no se ajusta a sus interese al no publicar nada sobre el suceso u
ocultarlo en páginas interiores. El título
de una nota puede estar en clara contradicción con la información en el artículo.
Como la mayor parte de los lectores de los diarios leen solamente el título y
los primeros párrafos de la nota, la verdad se oculta. Un periodista inescrupuloso
puede escribir sobre un evento usando adjetivos subjetivos o bien basar su nota
en cotilleos filtrados y no confirmados desde el gobierno o una corporación
involucrada.
(5)
¡Feliz día periodistas!
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