La
poesía se alimenta de la imagen, la rabiosa madrugada roja, engendra
estructuras que luego destruye, evoca historias inconcebibles, inventa
sonoridades y ritmos agónicos, pone cocodrilos a cantar en la luna, la reina
Isabel a bailar desnuda sobre el río Nilo, llora, se mofa de la muerte, convoca
el alma perdida a sublevarse contra la opresión.
Hasta el 26 de junio los
amantes de los hechiceros de palabras pueden participar en la VII Festival
Latinoamericano de Poesía que se está realizando en el Centro Cultural de la
Cooperación en Buenos Aires, con lectura de poesía de autores de diversos
países latinoamericanos, mesas de reflexión y debate, explosión de libros e
intercambios varios. Detalles en http://www.estudiom.com.ar/FPC16/FPC16B.html
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