lunes, 28 de julio de 2014

"Bunker," una version libre de "Tío Vania" de Antón Chéjov

Es acertado el nombre que Hernán Bustos ha puesto a su  versión libre de “Tío Vania” de Antón Chéjov, pues los personajes en efecto se pelean y discuten todo sin respiro como si en cualquier momento todo terminara en llamas. Con la dirección de Rafael Walger, “Bunker” es un espectáculo que de alguna manera plantea el rostro quejoso de la clase media, personajes perseguidos por la frustración, temerosos ante sus inevitables fracasos.
La finca de Chéjov se convierte en un sótano, un lugar que aparenta dar protección ante posibles conflictos externos. Es aquí donde la obra se traslada de Rusia a Argentina. En las calles suceden luchas que van filtrándose de alguna manera en las relaciones entre los personajes en el sótano, cabreando el amiente y surgiendo conflictos que nunca se resuelven claramente.
Alejando pasa el tiempo intentando escribir, en tanto que su bella y joven esposa vive en las nubes cosechando deseos amorosos ajenos. Pero aquí las quejas, las rencillas y las broncas no dan lugar al amor. Hasta la hija adolescente de Alejandro, Sonia, parece contagiada por el circulo vicioso de vínculos que se rompen y caen como pedazos de un rompecabezas que nadie puede reconstruir.
Pero la versión de Bustos plantea un final abierto, inconcluso, que exige que el espectador construya en su mente la suerte de los habitantes del Bunker.

“Bunker” versión libre de "Tío Vania"
Dirección: Rafael Walger 
 
Funciones: sábados, 21:00 horas, El estepario Teatro, Medrano 484, CABA, Argentina.

Entrada general: $80-. Descuento estudiantes y jubilados: $60-.
Reservas: 2004-6507 o bunkerteatro@hotmail.com o http://www.alternativateatral.com/obra32160-bunker
En FB: Bunker

Ficha Técnica:
Intérpretes:                   Miguel Forza de Paul, Mario Mahler, Maria Paula Desch, Mariangeles Bonello, Hernán Bustos, Inés Zaval, Rafael Walger
Asesoramiento de Escenografía y Vestuario:    Alejandro Mateo
Diseño de iluminación:                                     Rafael Walger
Diseño sonoro:                                                           Martin Chebli Murad
Prensa:                                                                       Octavia Comunicación www.octaviacultura.com
Dramaturgia:                                                    Hernán Bustos
Asistencia de dirección:                                               Mónica Rosati
Dirección:                                                        Rafael Walger

domingo, 27 de julio de 2014

"El salvaje," excelente trabajo de Pablo Finamore sobre el cuento de Horacio Quiroga

¿Somos todavía salvajes los seres humanos? La pregunta retumba inevitablemente en la cabeza del espectador que haya visto “El salvaje” del excelente dramaturgo y actor Pablo Finamore. Inspirado en la historia de Horacio Quiroga, el espectáculo arranca en el momento cuando los homo sapiens figuraban entre las especies más débiles, cuando éramos muy desprotegidos. Pero más allá de los matices profundos que Quiroga plantea en su cuento, lo que deslumbra es la expresividad escénica de Finamore.
El texto juega con momentos de suspenso, yuxtapone lo primitivo con lo humano y en el escenario la selva se manifiesta en la mirada del actor, en los movimientos acérrimos, se nota la humedad, el calor, las hojas, el olor de la selva. Las imágenes son muchas y pormenorizadas y eso permite transformar el cuento en experiencia dramática. La escena con una hembra atacada violentamente por el hombre, luego objeto de amor, es extraordinario por su dramatismo y síntesis.
Finamore trabaja con las palabras de Quiroga y las pone al servicio de la vibración muscular de su cuerpo. El cruce entre la vida de un salvaje y una familia produce una transformación inevitable; pero leer los diarios todos los días nos hace pensar que la vida moderna conserva una enorme dosis de salvajismo.
Es una historia darwiniana, que cuenta la lucha sin fin de la supervivencia, lucha que uno percebe todos los días incluso hoy, el hambre, la violencia, la búsqueda del amor, como evitar caer al vacío.
 “El salvaje” subió por primera vez al escenario en Mar del Plata y allí la puesta valió dos nominaciones a los premios Estrella de Mar por mejor actor de drama y mejor obra del off.

“El salvaje, aventura dramática”
sobre un cuento de Horacio Quiroga
Premio Estrella de Mar 2014 Teatro Off
y nominación actor protagónico en drama


Funciones: lunes 20:30 hs. (Desde el lunes 1 de septiembre)
Lugar: Teatro el Búho (Tacuarí 215)
Entrada: $80-. Descuento a estudiantes y jubilados: $50-.
Reservas: 4342 0885 / elbuhoteatro@gmail.com
Duración: 55 minutos

Premio Estrella de Mar 2014 Teatro Off y nominación actor protagónico en drama

Ficha técnico artística

Román Lamas

PABLO FINAMORE
Actor, guionista y profesor de teatro. Ha realizado estudios con María Esther Fernández, Alejandra Boero, Juan Carlos Gené, Verónica Oddó, Jopep Montanyes, Stephen Motran, Patrice Pavis, Ricardo Bartis, Anna Strasberg, Héctor Malamud, Raúl Manso. Otros. Algunas obras que ha participado: “El Placard” Dir. Lía Jelín. “Los Hijos se han dormido” Dir. Daniel Veronese (Gira por Brasil, Francia, y Teatro “El Picadero”), “Berenice” de Racine. Dir. Silvio Lang; “Antígona” de Anouilh. Dir. Dora Milea; “El Enfermo Imaginario” de Moliere. Dir. Kado Kostzer; “Historia de un amor contrariado” de Artl. Dir. Carlos Ianni., “Rey Lear” de Shakespeare. Dir. Jorge Lavelli; “Romeo y Julieta” de Shakespeare. Dir. Alicia Zanca; “Una Pasión Sudamericana” de Monti. Dir. Ana Alvarado; “La Dama Duende” de Calderón. Dir. Daniel Suarez Marzal; “Un Guapo de 900” de Eichelbaum. Dir. Juan Carlos Gené; “La Balada del Gran Macabro” de Guelderode. Dir. Emilio García Whebi; Otras. Guionista de TV: Colaborador autoral en “Dulce amor” Telefe. “Somos Familia” Telefe. “Permiso para amar”, Televisa. “Oh, Sole mía”, Televisa. “La maga y el camino dorado”, Nickelodeon. Premio estrella de Mar 1997 por mejor espectáculo infantil por “Canciones para mirar” de María Elena Walsh.


ROMÁN LAMAS

Actor, realizador de títeres, titiritero, director y músico. Egresado de la escuela Taller De Titiriteros Del Teatro San Martín, luego ingresó al Elenco De Titiriteros del mismo teatro. Cursó sus estudios de teatro y con María Esther Fernández, Claudio Martínez Bel y Alfredo Alcon. Actualmente cursa técnica vocal y canto con Magdalena Leon. Fue integrante y fundador del grupo El Periférico de Objetos, ganando numerosos premios: Konex, Ace, Maria Guerrero, entre otros. Fue supervisor técnico, realizador, y coach en las obras: Aladin, Los productores, Las variedades de Proteo, El Joven Frankenstein y Alicia. Realizó la coordinación artística general del Proyecto Pasch Génesis 2.0- la nueva construcción del mundo desde el contacto intercultural. Producido por el Goethe Institut Argentina en 2011. Participó como actor en los siguientes films: “La suerte está echada”, “Algo habrán hecho parte 1” y “Quince minutos de gloria”. “Los niños que escriben en el cielo”.

sábado, 26 de julio de 2014

Quío Binetti presenta el espectáculo Butoh "Morar"


Butoh, una danza contemporánea japonesa con importantes practicantes en Occidente, es en realidad una especie de poesía en movimiento. Quío Binetti, una mujer argentina de larga experiencia danzando Butoh, dice: “El movimiento surge en lo profundo del cuerpo y se despliega en la superficie, en el borde, en el espacio que comunica el interior con el exterior.” Ella presenta el espectáculo “Morar” el domingo 29 de julio en el ciclo “Vértice Danza, que se presenta en Sarmiento 3096, Ciudad de Buenos Aires, y cuenta con la colaboración creativa de Diego Lozano y el diseño sonoro de José Binetti. Reservas: danzadinamo@gmail.com. Entradas $50.

Publicamos a continuación “¿Qué es Butoh?” un trabajo de Kazuko Kuniyoshi, publicado originalmente en 1990 por la Fundación Japón, que sintetiza la esencia del arte Butoh.

“De nuevo surge la pregunta que ha sido hecha en incontables oportunidades durante un cuarto de siglo desde el nacimiento del Butoh. Como se dijo antes, la sola palabra “butoh” abarca a bailarines cuyos estilos son radicalmente diferentes, al igual que su puesta en escena como un todo, y es necesario distinguir entre la demarcación de las historias de los intérpretes y la cuestión de la naturaleza fundamental del Butoh. 

 


La complejidad del Butoh como un todo deja ver la profundidad de los problemas que surgen al principio. En el corazón de Butoh está ankoku butoh, y un cuestionamiento dentro de la naturaleza más extensa de Butoh debe comenzar con un examen de las señales e ideas dejadas por el pensamiento viviente del creador de ankoku butoh, Tatsumi Hijikata. Butoh no es solamente performance, sino también la personificación de uno de los espíritus críticos más precisos en la historia de la conciencia del cuerpo, con una fuerza de pensamiento que impresiona profundamente en la historia del espíritu humano.

 

En el proceso de organizar y preservar la enorme cantidad de material sobre Butoh que Hijikata dejó cuando murió y compilando una cronología de sus trabajos, hice varios descubrimientos muy significativos. También me di cuenta de que habían varios puntos en mi evaluación anterior sobre el ankoku butoh de Hijikata que requerían corrección. Basado en esto, me gustaría presentarles las siguientes ideas concernientes con la originalidad del Butoh.

Existe algún grado de diferencia entre bailarines butoh, pero tanto en el exterior como en Japón “butoh” se entiende como un estilo convencional de danza definido por el uso de maquillaje blanco sobre el cuerpo, extremidades contorsionadas, y expresiones faciales con muecas. Otra idea errónea es que en Butoh la propia historia del bailarín es trazada desde sus comienzos, y las imágenes encontradas en la memoria son puestas una sobre la otra en una expresión condensada, de múltiples capas, de este material enterrado ; no pocos bailarines están siguiendo este camino sin salida. Ciertos performances no llegan a ser más que despliegues sin sentido de lo que pasa por “técnica butoh”, e intentan hacerlo pasar por una imagen con la cual disfrazar la falta de contenido, cargando el escenario con objetos de arte. El vacío de tales trabajos deja abierta la posibilidad a cualquier interpretación que el público quiera dar, y el hecho de que es todavía -o por lo tanto- considerado interesante solamente muestra qué tan malacostumbrado se ha convertido el público.

 

Cuales son los puntos de diferencia entre butoh y otras formas de danza?

 

Primero, en la singularidad del cuerpo en butoh. Como es particularmente notable en ankoku butoh, el cuerpo del butoh-ka es puesto lejos de la belleza ideal y balanceada del bailarín de ballet, y no tiene campo para el orgullo en cuanto a musculatura poderosa o fuerza física. Comparado con la belleza simétrica de los bailarines convencionales, el butoh-ka con su cuerpo encorvado, tan pequeño y magro, sus piernas torcidas, y la caricatura deformada es la imagen de deformidad. Los intérpretes de butoh incluso parece que enfatizan la espalda redonda, el cuello de ‘toro’, las piernas arqueadas tan típicos del físico japonés. Además de estas peculiaridades del cuerpo oriental, algunas obras como las de Kazuo Ohno reúnen como aspectos complementarios de la misma entidad una sensibilidad delicada y la fealdad grotesca de la tercera edad. Es este tipo de singularidad la que primero llamó la atención hacia la rareza más fundamental del butoh. La “singularidad” también hace de la publicación de colecciones de fotografías de butoh, un negocio fácil, ya que las expresiones patéticas de las extrañas figuras que aparecen sobre el escenario butoh son visualmente estimulantes a la imaginación. Sin embargo en esta fealdad y corrupción grotescas puede ser encontrada una irreducible belleza y dulzura que no encuentran equivalente en ninguna otra expresión. Claramente el butoh ha logrado un cambio en la conciencia estética.

Los trabajos que llegaron a ser la base de lo que se asume como el “verdadero butoh”, fueron las interpretaciones dadas por Hijikata a comienzos de los años 70, especialmente las de la serie “27 Noches para Cuatro Estaciones”(1972), la que decisivamente estableció la importancia del ankoku butoh de Hijikata. En estas obras, Hijikata reprodujo sobre el escenario una variedad de escenas de la vida hogareña rural en su nativa Tohoku a comienzos del período Showa [es decir, a comienzos de los años 30]. Este espectáculo hermosamente organizado, que fue también conocido como “Tohoku Kabuki”, fue enormemente aclamado y atrajo una gran cantidad de público, algo sin precedentes para un trabajo de un artista vanguardista.

 

La vida de aquellos que vivieron encerrados por las tormentas de nieve durante el largo invierno y las historias de las criaturas que moran sin pretensiones en la tierra son todas interpretadas en danza. Entre las historias que Hijikata presentó estaba el cuento de “kaze-daruma” [una figura arropada “como un esquimal” debido al viento y al frío] quien aparece en la puerta en la noche de una ventisca, y de las piernas del bebé atadas bajo él, al tiempo que lo dejan en uno de los senderos de un campo de arroz dentro de su izume (una canasta de caña peculiar de la región de Tohoku). Un número de danzas que llegaron a ser la base para la colección de piezas más condensadas y refinadas de pequeñas piezas hechas más tarde por Yoko Ashikawa y Hakutoboh fueron creadas usando la extraña técnica de danza zambiada, con los brazos y piernas asidos estrechamente al cuerpo, perdiendo su propósito original y dejándolos colgados en el espacio, luego deambulando a la deriva, y una postura agachada con las rodillas dobladas y un centro de gravedad bajo. 

Este trabajo fue recibido con asombro como un ataque revolucionario sobre las nociones convencionales de la danza. Simultáneamente se insistió en que el prototipo del “cuerpo butoh” se tenía que encontrar en el físico Tohoku impuesto sobre sus habitantes por su clima particular, forma de vida, costumbres y otras características regionales. En esa época se repetía con frecuencia la idea de que la tierra fría y Tohoku eran el “suelo” sin el cual no habría existido ankoku butoh. Sin embargo es necesario preguntarse si una discusión de la inevitabilidad de ankoku butoh puede ser agotada por referencia a las formas folklóricas y el clima peculiar de la región de Tohoku.

El director y productor de teatro Tetsuji Takechi ha afirmado que el movimiento “namba” (en el cual la mano y pierna del mismo lado del cuerpo se mueven juntos al caminar) visto tan frecuentemente en las artes escénicas japonesas, es característico de los agricultores. De acuerdo a Takechi, el gesto en las artes escénicas está necesariamente relacionado a las formas primitivas de la actividad productiva, las cuales tienen un efecto decisivo en el comportamiento físico de la gente como grupo. Los movimientos corporales de campesinos como los japoneses serian informados por una postura de la labor física inclinada hacia el piso, es decir, una postura física productiva con respecto a la tierra. El ademán namba es típico de esa postura ya que cultivando la tierra con herramientas, si el brazo y la pierna no son usados al unísono, no es posible aplicar la fuerza necesaria para romper los trozos de tierra. En este sentido también se dice que namba es un movimiento tradicional característico del japonés agricultor. Sin embargo la teoría de Takechi es un tipo de determinismo y hace del artista un cautivo de la etnografía, la cual no se puede superar con la fuerza de la expresión creativa, y su argumento lo llevaría a uno a concluir que es imposible acercarse a la naturaleza real de las artes desde el punto de vista de la cultura comparativa.

Por supuesto las acciones formalizadas que reflejan la influencia del temperamento étnico, la localidad donde uno nació y creció, y la forma de vida transmitida desde nuestros antepasados están enraizados en el nivel más profundo del cuerpo, en donde la danza está basada. Con la urbanización, y particularmente con la occidentalización de la dieta japonesa a partir de la Segunda Guerra Mundial, el físico típico japonés se ha hecho mas grande y los brazos y piernas mas largas. Sin embargo, este nivel profundo del cuerpo es la región menos susceptible a los cambios exteriores. En ciertas áreas del comportamiento por ejemplo, el japonés tiene gran dificultad en aclimatarse a los cambios en el ambiente que lo rodea: en su sensibilidad hacia el espacio y las márgenes y su discriminación precisa entre finos matices, naturalmente al igual que en el sentido del gusto y reflejo de acciones. Incluso asumiendo que la urbanización continúe y que las ciudades del mundo lleguen a mostrar valores similares a nivel cultural, el área física profunda del cuerpo donde residen las características raciales es más seguro que permanezca como una región no reducida a la homogeneidad.

 

No era este nivel profundo de la existencia física hacia el cual Hijikata estaba apuntando? Acaso Hijikata no consideraba a ankoku butoh como una fuerza que actuaba intensamente en esta región de la sensibilidad física, la cual incorpora los elementos más conservadores del derecho al nacimiento? El problema no es el clima frío de Tohoku, sino una fuerza que trabaja directamente sobre los fundamentos del cuerpo. Las perturbaciones en lo profundo del cuerpo y el subconsciente tiene ecos que afectan no solo la carne, sino el ser en su totalidad, y algunos podrían sobresaltar lo suficiente para dejar los ojos bien abiertos. Arrastrado de tal forma hacia la luz, el hombre -no solamente el hombre en la historia, sino también los individuos en la vida diaria alrededor de nosotros- pueden ser vistos en medio de una crisis espiritual y física. Hijikata reconoce el valor de estas memorias juveniles que estaban impregnadas con imágenes de esta gente, de ancianas, por ejemplo sus cuerpos deformados por el trabajo duro, aunque al mismo tiempo poseyendo una fuerza dada a la carne por la repetición diaria de justamente el mismo trabajo.


El hombre y la naturaleza están indudablemente unidos ya que cómo es imposible aceptar los trabajos de la naturaleza sin aceptar también los cambios en el cuerpo. Enfatizando la singularidad de este tipo de figura humana, Hijikata no estaba estableciendo una forma definitiva de butoh, y en cualquier caso esta figura en si misma no es grotesca, ya que no es mas que una forma resultante de las deformaciones impuestas sobre el cuerpo por fuerzas poderosas. Mas bien, es cuando un espíritu poderoso correspondiente está ausente, dejando solamente la apariencia de ankoku butoh, que butoh se convierte en un show caprichoso y desciende al nivel de rareza o exotismo.


Sin embargo la vocación humana contiene una sensibilidad inocente que acoge los trabajos de la naturaleza, renovado como si después de años de ocio y desolación, y el cuerpo voluntariamente se inclina a proteger esa sensibilidad. En la liberación del yo se está respondiendo a la dulzura de la naturaleza, pero esta disolución del yo se logra solamente a través del dolor. El butoh-ka acepta incondicionalmente la angustia que acompaña a la disolución, y no toma el escenario jactándose del cuerpo el cual se sitúa en contra de la naturaleza. Esta disolución del ser en el cuerpo en peligro no es en ninguna forma un fenómeno único a los japoneses y tal vez no existe nadie que, como ser humano, pueda permanecer indiferente al ver a otro atrapado en esta crisis.

Ichikawa empleó la palabra “degradación” para explicar el mecanismo de auto destrucción que caracteriza a butoh. 


Cuando la imagen del cuerpo pierde valor (“degradado”) en butoh, es “destruido”, un proceso no visto en ballet o en danza moderna occidental. El butoh-ka, al transformarse a si mismo en varias formas de ser no humano -animal, espíritu, vegetal -o en el caso humano, en aquellos del nivel bajo de la historia social- mujeres sin reputación, el enfermo, el criminal- usa su cuerpo en un intento de bajar al cuerpo de su pedestal. La estructura fundamental de butoh recae en la contradicción entre el fuerte impulso hacia la auto destrucción que surge de esta actividad y el impulso simultáneo por resistir la disolución. Como una forma de situar la expresión del butoh, se comprende fácilmente la palabra “degradación” que emplea Ichikawa, pero me parece que el butoh debería exigir del cuerpo una ruptura mas decisiva, no una actuación sobre el escenario sobre la desintegración del ser, ni una metamorfosis hacia una criatura mas degradada. 

 

El cuerpo del butoh-ka es el cuerpo en una confrontación critica con un poder mas grande que el individual, un algo espantoso que puede solo actuar en una región del cuerpo que está orgánicamente entretejido con el profundo subconsciente. Por eso lo que se llama butoh se convierte en un catalizador para la desintegración de todos los valores, e incluye la desintegración del ser.

 

Por la época del Festival Butoh de 1985 había una crisis en butoh, como Hijikata lo notó. No obstante en el año anterior a su muerte el mismo Hijikata quien dijo que regresaría a Tohoku, continuó arreglando no solamente dos piezas para Hakutoboh, sino también cuatro grandes obras entretejidas con las estaciones en la serie que él llamó “Proyecto Tohoku Kabuki”. Para Hijikata, Tohoku fue un inicio para butoh ; el retorno del cual él hablaba no fue un acto de nostalgia, sino un símbolo de fuerte espiritualidad forzada a confrontar la extinción de un cuerpo letárgico. Del mismo modo el termino kabuki, que Hijikata usaba cariñosamente, no quería decir un espectáculo amanerado, creo, sino que mas bien implicaba trabajo de danza substancial. Este fue un agudo problema que se sentía tanto en el Festival de 1985 como en las funciones colectivas en memoria de Tatsumi Hijikata en 1987, y se mantiene como un problema central para butoh : cómo se puede realizar un trabajo substancial de danza ?


En el “Proyecto Tohoku Kabuki”, Hijikata estaba presumiblemente sobreponiendo pequeñas piezas y refinando su concepción a medida que trabajaba hacia un trabajo mas grande para el futuro, sin embargo con su muerte el Tohoku Kabuki supuestamente planeado para finales de los 80 será una pieza maestra fantasma para siempre. El (ankoku) butoh nacido a comienzos de los 60, a pesar de los diversos desarrollos desde entonces, obviamente permanece para la posteridad en la forma de obra, pero uno puede preguntarse, cuantas obras? El número es sorprendentemente pequeño.


Si butoh continúa jugando su acostumbrado papel en la vanguardia, o si se espera que juegue ese papel, el problema de realizar trabajos substanciales se convertirá inevitablemente en un problema crucial. Hay épocas en las que un arte que rechaza completamente la forma debe escoger una forma, cuando un arte que tiene las mas amargas dudas a cerca de los valores existentes es llamado a respetar un valor - este es un dilema que la vanguardia debe eventualmente enfrentar. Como parece improbable que otra fuerza creadora como la del gran Hijikata aparezca en un futuro cercano, yo espero que butoh retenga su espíritu crítico, ya que sin ese espíritu crítico no será mas butoh.”

viernes, 25 de julio de 2014

Gaza and the right to self defense

President Barack Obama says that Israel has the right to defend itself. If that is true, don’t Palestinians also have the right to defend themselves? Is this not rather a war of vengeance, a trap that has engulfed the Middle East and human beings all over the world for timeless decades? Is bombing hospitals in Gaza, or schools or destroying buildings where supposed militants live or mosques, or “ordering” the displacement of thousands of citizens an act of self-defense? The U.S. president should know the answer to that question, having won the Nobel Peace Prize. Article 51 of the United Nations Charter asserts that using weapons of industrial warfare against civilians gives them the right to self-defense. But there is a problem: under what precise circumstances does a country or population group have the right to respond to an act of aggression?
In part due to the veto power of Washington, the U.N. appears powerless to use its voice to stop the carnage. Why is it that words so often can be used to justify contrary actions? It is true that the aggression between Israel and the Palestinians comes from both sides, but there is absolutely no comparison between the destruction caused by Israel and that of the Palestinian rockets. It is also true that in spite of allegedly religious causes the problem is basically political and geopolitical. If the West and the U.N. helped establish the state of Israel on an area long inhabited by persons of both Jewish and Islamic faith, why is it that the Palestinians have not been allowed to have a state of their own?
Why is it that no nation or world body, neither in the “developed” nominally Christian world, nor in the Muslim world, nor any other world body appears willing to pressure for an end to the bloodshed? What does this inaction mean from the moral or ethical point of view? In addition to the military action of Israel, Gaza is suffering and has suffered a prolonged humanitarian crisis due to the blockading of the entrance of vital supplies. What is the ethical argument used to justify blockading? They are clearly conceived as a means of political leverage, but those who suffer most the results are not the leaders but the common people. 
It would not take much imagination to image the reaction in the world if the situation were to be the reverse, if Israel or a developed country were to be subject to the kind of violence accompanying the Israeli campaign in Gaza. What does this imply? That there is a double standard based on race,  wealth, education, origin or religion? We turn on the TV and see the daily toll of death and destruction: more than 800 dead, well over 4,000 wounded Palestinians, nearly 80% civilians, a large number of children…And the data grow from day to day, almost as if it were a routine report on traffic accidents, a tidal wave, a hurricane…
Violence has long been suffered by both sides in the Israeili-Palestinian dispute but can violence be solved by resorting to more violence? In today's world can political, cultural or religious differences be solved by guns and bombs and acts of terror? Will not violence breed more violence rather than solve the basic causes of the confrontation? These are difficult but vital questions demanding an answer.
An essential element of today’s violence—not only in Gaza but in many parts of the world—is the inability of the United Nations to act without the support of the super-powers. And also the ambiguity with which phrases such as “act of aggression” are defined. Since Israel was established in 1948, the U.S. has used its power of veto in the Security Council to sink more than 40 resolutions seeking to mitigate Israeli-Palestinian violence. This is not to take sides on this issue, but is it not time to carry out a reform of the legal-political structure of the U.N. to allow it to respond in a more democratic way to the world’s problems?  

miércoles, 23 de julio de 2014

Gaza, the Prophet and the Wall, a fiction

        The prophet rested on the wall, dangling one leg towards the left, the other towards the right. His lips were dry as a waterless well, his skin caked and singed. Overhead the skies roared with fire and torment, bellowing, blazing and blaring. Babies and children wailed and bawled and shrieked, filling the air with wailing and whining and lamentations. Blood bathed physicians rushed to and fro dispairingly, searching for non-existent drugs as bombs cannonaded left and right. Blood besmeared mothers wailed and shrieked and rambled in the ruins of havoc, shambles and bloodspilling.

      "Shoot!" shouts the officer. "Fire!" cries the fighter. The prophet takes a deep breath, gazing left and right. "Why? Why? Why? Why!" There was no answer."Why do men fall once and again into savage darkness? Why don't they understand that life thrives on love, not on hate?"

       Far away those who spoke of peace counted the dollars they made from selling bullets and tanks and rockets. Those who pounded their chests and talked of democracy and human rights nodded in slumber in their bullet-proof bedrooms. 

         The prophet raised his legs and advanced zig-zag fashion along the wall, first in one direction, then in the other. Suddenly he stopped. Flowers of red, of blue and of the most diverse shades had won their way to the top of wall. He halted. "Flowers are older than men are," he remarked softly. "Before humans arrived there was surely a time when valleys and hills and river beds and even deserts were filled with the scents and colors of flowers." It was at that moment that he saw a tank sunk, submerged, engulfed and immobilized by a couch of wild flowers swaying softly in the wind. Slowly raising his body, the prophet inhaled the scent of the flowers and dried his tears.

Sergio Bermejo: "El teatro es parte fundamental en mi vida..."

       
¿Después de ver un espectáculo tan lleno de vida como "Adiós Berlín," quién podría resistir la tentación de palpar el corazón de su progenitor? Entonces, le dije: Sergio, parece que Usted tiene teatro en la sangre. ¿Cómo fue su bautismo en el arte teatral? 
       Sin duda, el teatro es parte fundamental en mi vida al punto de ser el motor más importante de mis aspiraciones como persona. Lo que nunca sabré es de dónde nació este interés, pero de todos modos, no me desvela saberlo. Solo sé que lo sostengo, además de porque me da la posibilidad de sentirme feliz, porque es algo que elegí de “motu proprio”, sin influencia alguna y eso me hace sentir orgulloso.
Y los primeros pasos…
 Mis primeros contactos con el escenario sucedieron en mi infancia pero fue en la adolescencia, a los catorce años, cuando me acerqué por primera vez a un grupo de teatro y quedé fascinado por ese mundo. La primera obra que realicé fue “Historias de mi esquina” de Osvaldo Dragún y aunque reconozco que a esa edad poco entendía acerca de lo que estábamos contando, sentí que el montaje de un espectáculo; el espíritu de trabajo grupal; los nervios, mesclados con una éxtasis que no se entiende al subir a un escenario; el aplauso reconfortante que alimenta sanamente el ego en suma, con algo que se aproxima bastante a la felicidad, era lo que quería seguir sintiendo toda mi vida.
         ¿Qué representa para Usted hacer teatro, actuando o dirigiendo?
 
Hacer teatro (aunque suene cursi), es una manera de enfrentar la vida, otra forma de ver las cosas, de tener un punto donde llegar. Es transmitir lo que uno siente y piensa al otro desde el acto lúdico que significa contar una historia.
Y esto es abarca no solo tu posición como actor, que donde me siento más pleno,  sino también dirigiendo un espectáculo, inventando las palabras que los personajes van utilizar para contar una historia, armando el espacio desde donde se van a mover, con sus sonidos, luces y climas que le darán ese sesgo de verdad a lo que cuentan.
Por otro lado, también coordino un taller de producción teatral hace diecisiete años, donde encuentro la posibilidad de transmitir a lo demás mis experiencias de saber cómo contar una historia.
Este placer que siento al actuar, también lo encuentro haciendo doblajes y voces y en la radio.
   Como en todas las artes cada uno cultiva su estilo. ¿Cuáles han sido las grandes figuras teatrales que le ha inspirado en su propio proceso de desarrollo artístico?
Sin duda, uno es la consecuencia de lo que ve y admira. Sin querer, vas incorporando alguna de esas características que te deslumbran y las hacés tuyas, con tu propia impronta.
Actoralmente, artistas como Ulises Dumont, Luis Brandoni, Al Pacino etc., han dejado huella en mis composiciones. Del mismo modo me ha sucedido en la escritura con maravillosos autores como Kartún, Cossa y Gorostiza entre otros.
Se nota una gran preparación física en los actores de Grupo Teatral Tedrys. ¿Cómo es su entrenamiento?
        La actitud corporal de los actores de Tedrys Teatro responde a sus propias cualidades. Yo solo trabajo su energía (tanto corporal como intelectual) de acuerdo a lo que cada uno puede dar. Mi función entonces, es equilibrar el ímpetu que ellos proponen desde su propio cuerpo.
 ¿Cómo surgió la idea de Adiós Berlín? Ha logrado algo muy especial ya que siendo una especia de fotografía de la vida en los camarines, sin embargo tiene ecos muy fuertes relacionados con los conflictos humanos que experimentan los espectadores...
“Adiós a Berlín” surge desde la necesidad personal de querer contar una pequeña anécdota acerca de los sueños. Sencillamente quería hablar de la necesidad humana de perseguir una utopía. Y es en esto que creo que reside  el éxito del espectáculo. Todos, en cualquiera de cada ámbito que nos movamos, soñamos alguna vez en hacer algo distinto, en ser los mejores. Recrear esta anécdota en el trasfondo de un cabaret de mala muerte en las afueras de la ciudad entonces, es circunstancial. Quizás ubiqué la historia en esa geografía para destacar la antítesis de lo idílico de los sueños con lo terrenal del lugar y de esta forma, poder contarlo también con palabras sencillas, con las voces de ese ámbito.
          ¿Están trabajando en otro proyecto?
        Como actor y director de la compañía de teatro aún no. Siempre estoy en busca de nuevos proyectos pero tengo mi voluntad en la continuidad de “Adiós a Berlín”. De hecho, luego de estos cuatro meses de exitosa temporada en Capital, ya estamos armando la gira por el conurbano y el interior teniendo pactadas funciones en salas de San Justo, San Martín, San Fernando, Don Bosco y cerrando trato con salas de Rosario y Gualeguaychú. Esta segunda etapa del espectáculo es también divertida aunque compleja y por ello no me embarco en algo nuevo. A nivel de los talleres de producción que dicto, si estoy trabajando en dos proyectos para estrenar a fin de año: “El Astral de Munro”, obra que escribí para adolescentes y que se pasea con humor por una recorrida del cine universal y “El misterio de las todas cosas” que es un humilde homenaje a Federico García Lorca donde recorro toda su obra como poeta, dramaturgo, músico y dibujante.

                         grupoteatral_tedrys@yahoo.com.ar

martes, 22 de julio de 2014

"Flechas del ángel del olvido," de José Sanchís Sinisterra, la amnesia en el escenario

      
La memoria humana es frágil y los recuerdos siempre hacen reescrituras sobre los hechos vividos. El dramaturgo español José Sanchís Sinisterra indaga sobre esa fragilidad en el espectáculo “Flechas del ángel del olvido” que ha subido al escenario de Timbre 4 en Buenos Aires. Lo curioso es que la protagonista es una joven de poco más de veinte años, internada en una clínica con síntomas de una grave amnesia retroactiva. Cuatro personas que reclaman ser sus parientes o amigos son elegidos para intentar despertarles recuerdos sobre lo que ellos insisten fue su vida pasada.

Ella aparece en una cama detrás de una cortina trasparente mientras van entrando y saliendo sus inquisidores turnándose en tratarla amablemente, encolerizándose con ella, seduciéndola con placenteros momentos del pasado. Selma afirma ser su hermana; Efrén una especie de amalgama entre marido y gigoló; Dora dice haber sido su pareja; Erasmo, un joven campesino quiere llevarla al pueblo de su abuela…

Un personaje clave es la enfermera, que adopta actitudes ambiguas y a veces represivas, dando a conocer que hay ciertas situaciones que conviene no revelar. En realidad la sensación transmitida es de un náufrago, identidades “modernas” de gran fragilidad que buscan salidas que no aparecen.  En el final ella aportará algunas pistas sobre una realidad que inquieta, circunstancias sociales, una clínica casi futurista a punto de desaparecer, la influencia de los medios en comunicación, las distorsiones producidas por la sociedad de consumo, la manipulación de la memoria…
Flechas del ángel del olvido”, Timbre 4 (México 3554) lunes a las 20.30.
Ficha técnico artística


México 3554, CABA, Argentina
Teléfonos: 4932-4395


Web: http://www.timbre4.com
Entrada: $ 100,00 / $ 80,00 - Lunes - 20:30 hs - Hasta el 28/07/2014