Es innegable que el mundo es, ha sido y será un gran escenario
teatral. Grandes escritores teatrales, por ejemplo William Shakespeare, han
vuelto sobre el tema una y otra vez pero fue Pedro Calderón de la Barca quien
dedicó una obra entera al asunto. Ahora el público porteño tiene la oportunidad
de ver una versión fiel y audaz de “El gran teatro del mundo,” en los
escenarios del Espacio Teatral ElKafka en Buenos Aires.
Publicada por Calderón en 1655, la obra es reconocida como una
comedia “auto sacramental.” Expone la vida humana como si fuera un juego de
representación teatral. En aquel momento la Iglesia Católica, manifestaba su
absoluto dominio sobre la relación entre dios y el hombre. Y en la obra de Calderón
el espectador observa la improvisación (fuertemente pautada) de una serie de
personajes asignados roles arquetípicos otorgados casi al azar. Como sucede en
cualquier elenco teatral, no todos los actores expresaban conformidad con sus
papeles. Pero al final de la función se establece premios y castigos, como los
de Dios, por el comportamiento de los “actores.”
Las situaciones lastiman o hacen reír y giran alrededor de temas
que no han sido resuelto nunca por los seres humanos: el abuso del poder, la
envidia, las desigualdades, la falta de compasión y de comprensión, la religión
practicada con absolutismo, la vanidad ante la efímera belleza exterior…
Francisco Civit decidió respetar plenamente la dramaturgia de
Calderón, un desafío a la imaginación tanto del actor como del público debido a
las poderosas imágenes ocultas en el texto, sin mencionar las múltiples
referencias filosóficas. El director tomó otra decisión: ubicar las acciones en
una fiesta con los actores surgidos del pueblo. No obstante, hay algunas
licencias—una mujer (el Mundo) en bata haciéndose una especie de toilette
mientras entona el aria “Quiarespexit” del Magnificat de Bach. El personaje tradicionalmente
es actuado por un hombre. Mundo es el encargado de hacer la puesta, llamar a
los actores…
Si bien la puesta, la actuación, la dirección, el
escenario y el concepto de Civit juegan conjuntamente para configurar un
espectáculo de gran interés, pensamos que el logro de Calderón ha sido entender
el teatro como juego, un deleite que no conoce límites.
Funciones: viernes 20:30 horas, ElKafka, espacio
teatral, Lambaré 866, CABA. Reservas: 4862-5439. Entradas: $80. Estudiantes y
jubilados: $50.
Elenco:
Karina Antonelli, Pablo Aparicio, Gabriela Calzada, Natalia Olabe, Irina Rausch, Miguel Rausch, Sebastian Saslavsky,Gabriel Yeannoteguy, Maria Zambelli, Alejandro Zingman
Dirección:
Francisco Civit
Francisco Civit es director, actor y docente de teatro. Como
actor y director participó en espectáculos que le permitieron presentarse
en grandes teatros y festivales en América y Europa; algunos de ellos
fueron The Globe Theater en UK y El Corral de Comedias en
España, entre otros. La última pieza que dirigió fue El castigo
sin venganza de Lope de Vega, con la que fue invitado al Festival
Internacional de Teatro Clásico de Almagro. También puso en escenaParia de August
Strindberg, EL bello indiferente de Jean Cocteauy, El
nombre de Griselda Gambaro. Algunas de las obras que
participó como actor fueron Muerte de un viajante de Arthur
Miller, en el Paseo La Plaza; Enrique IV de Pirandello en el
TGSM, Comunidad de Carolina Adamovsky, en Espacio Callejón, Enrique
IV segunda parte de William Shakespeare, en The Globe Theater y TGSM,
y Bravo de Horacio Banega, en Elkafka, entre otras.
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