La Luz Negra
Una hilera de luz negra
camina confiada sobre el hielo
en medio del fogón y del azafrán:
¿Por qué gritan los lobos?
El tiempo transcurre
placido en el comienzo;
apura su paso con el andar,
termina marcando nada.
Nada. Nada. Nada de tiempo.
No avanza la hora.
Tampoco corren los minutos.
Todo es inmóvil.
Invisible todo, unido a la hilera.
Hilera negra, oscura, quieta, eterna.
Suspiro sin comienzo, sin fin
Perdón: ¿Cómo se apaga la luz?
Signos Son
Son signos en las paredes,
Suaves suspiros, zarzamoras maduras,
Lobos exaltados bailando el 2 por 4,
Soldados abrazados a la tierra.
Antiguos imperios cubiertos de pétalos,
Primaveras, tulipanes, begonias, rosas,
Niños con rostros de sandías abiertas al sol,
Besos impregnados en voraces cementerios.
Son cantos, coplas al viento, romerías de frutas prohibidas,
Son manos anónimas aniñadas que escriben al anochecer:
Es el amor, motor, causa, comienzo y fin
Es la pacha madre, la madre tierra encuelta en su ajuar.
El Pequeño, Pequeño
El llanto del pequeño, pequeño
corre, corre, corre y corre
Salpicando su bello rostro radiante de rubor.
grita obtusas obscenidades al viento,
viento contra viento,
hombre contra hombre.
Se restriega el pequeño pequeño buscando su madre
mareada madre mamada en marasmos.
Niño pequeño pequeño
pequeño no eres
pequeño es el espejo.
Mamada madre perdida en el viento
viento vasto, vasto el viento
vasto viento valiente en el vientre
Pequeño pequeño pequeño pequeño
Pequeño pequeño niño perdido en el viento
Corre, corre, corre y corre.
El viernes sin sistema
Es el viernes, oscuro el tiempo.
La muerte pasa en tranvía.
Sexto piso, ascensor.
La vida es así de duro.
Sexto piso, ascensor.
Pami sin sistema.
Pami sin médicos.
Recién el lunes señor.
¡Ay madre mía, ay muerte mía!
Tu cuerpo reposa,
Tu cuerpo indigesta reposa.
¡Ay vida, ay vida mía!
Me llevaste a este mundo
cruel y sin solución.
Nací, crecí, aprendí;
me abandonaste en un segundo.
Si fuera caníbal, ay, ay y ay
Si fuera dios, ay, ay y ay
Pero no, aquí me quedo, ay, ay y ay
Condenado a mi suerte de muerte, ay, ay y ay.
El Grito
Gritó y no era suficiente,
Pegó el aire con sus puños,
Lloró y no pudo tragar su angustia;
Mató su sombra, llamó el médico.
Esperó paciente su momento,
escapó como una liebre,
Juntó las nubes blancas,
Reclamó su libertad.
Retumbó su voz ronca en los valles,
buscó su lenga escenarios oscuros,
festejó en el jardin de elefantes,
baleó su asombro al pie del monte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario